lunes, 9 de abril de 2012

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identidad de género alude al género con el que una persona se identifica (es decir, si se percibe a sí mismo como un hombre, una mujer, o de otra manera menos convencional), pero también puede emplearse para referirse al género que otras personas atribuyen al individuo con base a lo que saben de él o ella por las indicaciones que da de rol de género (conducta social, vestimenta, estilo de pelo, etc.). La identidad de género puede estar afectada por una variedad de estructuras sociales, incluyendo el grupo étnico de la persona, su estado laboral, su religión o irreligión, y su familia.
Diferencia entre identidad de género e identidad sexual
Identidad de género e identidad sexual se diferencian ontológicamente en el que el primero es en forma general, esto es género humano, y el segundo hace referencia las cualidades desde el punto de vista biológico que tenemos todos los humanos indistintamente del sexo biológico o del rol de género en el ámbito psicosocial. La identidad de género es la conciencia que se adquiere de la igualdad, la unidad y la persistencia de la individualidad como varón o mujer, y en nada tiene que ver la ambivalencia como mal afirmaba John Money en 1955; en cuanto a la identidad sexual, es un término preferentemente psicológico y determinado biológicamente, en donde se toma conciencia de la función real como varón o mujer y se determinará la orientación sexual pero definitivamente ambas se encuentran estrechamente vinculadas (resultaría imposible hablar de identidad de género sin hacer referencia al dimorfismo sexual de la especie humana). Ambos términos nada tiene que ver con la Orientación sexual.

La biología y la identidad de género.
La identidad de género (el conocimiento de que uno es varón o mujer y la integración de este hecho en la propia identidad personal) es una característica psicológica muy básica. La identidad de género, ¿está determinada biológicamente (por los cromosomas, las hormonas o los caracteres sexuales anatómicos) o puede modificarla el ambiente?

Según algunos investigadores, la adquisición del papel asignado al género y su identidad básica dependen del ambiente. Muchos de los datos que utilizan proceden de individuos con incongruencias anatómicas que llevan a contradicciones entre sus diversos caracteres sexuales.

Para comprender la identidad de género, conviene entender, en primer lugar, las diferencias entre las seis variables de género:

1) género cromosómico (XX, en la mujer, frente a XY, en el varón).

2) género gonadal (ovarios frente a testículos).

3) género hormonal (estrógenos y progesterona frente a testosterona).

4) órganos accesorios internos (útero y vagina frente a próstata y vesículas seminales).

5) apariencia genital externa (clítoris y vulva frente a pene y escroto)

6) género asignado ("¡es una niña!" o "¡es un niño!") y papel adscrito al género.


Por supuesto, lo normal es que todas estas variables concuerden, indicando, en apariencia, que el género cromosómico determina la identidad de género. Es decir, normalmente, el par cromosómico XX de la mujer ocasiona la diferenciación de los ovarios durante el desarrollo fetal (en realidad, lo provoca la ausencia del cromosoma Y y no la presencia de XX) y los ovarios producen las hormonas femeninas adecuadas, lo que causa, a su vez, la diferenciación femenina de los órganos accesorios internos y de los genitales externos. La apariencia de los genitales externos determina la asignación de género (el anuncio: "¡es una niña!"), lo que induce a criarla como tal.

Sin embargo, una serie de "accidentes" en el transcurso del desarrollo pueden llevar a que el género indicado por una o más variables de éstas no concuerde con el que muestran otras. En estos casos, es posible que el género asignado y la crianza no correspondan al género genético, aunque parezca que el niño acepte el género asignado y se desenvuelva bien en su papel. En consecuencia, losinvestigadores concluyeron que la identidad de género se aprende como resultado de factores ambientales.

Una clase de individuo estudiados por ellos es el pseudohemafrodita, en quien se produce una contradicción entre su aspecto genital externo y cualquiera de las demás variables de género (género genético, gónadas, hormonas o estructuras reproductoras internas). A menudo, en el caso de las hembras genéticas, esta situación proviene de lo que se conoce como síndrome androgenital. En su etapa fetal, los ovarios de estas hembras se desarrollan normalmente, pero, en el curso del desarrollo prenatal, las cápsulas suprarrenales empiezan a funcionar de modo anormal (a consecuencia de una condición genética recesiva) y producen cantidades excesivas de andrógenos.

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